Contracturas. Un mal frecuente ocacionado por el apuro,
el estrés y dolores por malas posturas
Se conoce como “postura” a la posición que se adopta con respecto al espacio que rodea a una persona y que es posible por la coordinación de los distintos músculos y mediante el sentido de equilibrio. “De una buena postura dependen factores muy importantes como la salud y calidad de vida. Se considera que una postura ideal es la que utiliza una mínima tensión muscular y rigidez, y permite la máxima eficacia con escaso gasto de energía”, explica Gustavo Muntaabski, doctor en Fisiatría y miembro de la Asociación Argentina de Kinesiología.
Mantenerse con la cabeza erguida y la espalda recta sin torcer el tronco, con la pelvis en posición neutra y los miembros inferiores alineados de manera que el peso corporal se reparta en forma proporcional es lo que se considera una posición correcta. Esto evita problemas musculares y dolores de columna, mantiene los órganos internos en correcta posición, lo cual ayuda a la buena digestión, oxigenación de los tejidos y una imagen visual más saludable.
“Por el contrario, una mala postura con el cuerpo inclinado hacia adelante o exageradamente derecho (rectificado), dificulta la respiración y puede redundar en problemas como cefaleas y mareos, además de provocar molestias digestivas”, aclara Muntaabski. Un problema que no discrimina edad y sexo.
Causas diversas
“El 90% de los dolores de columna son posturales. Ya sea por motivos laborales, sedentarismo o actividad física mal realizada, los músculos antigravitatorios responsables de la postura erecta se vuelven débiles”, asegura Griselda Alauzis, kinesióloga del Instituto Kinesiológico Especializado. Esto es lo que impide un correcto andar y afecta el transcurso de tareas matutinas como la carga de peso, caminatas prolongadas, entre otras.
“Estar de pie o transitar por varias horas son actividades que repercuten negativamente en la postura, ya que estos músculos son de sostén y con un gran soporte de carga se fatigan y van perdiendo funcionalidad. Así es como aparecen desequilibrios y trastornos posturales, con síntomas como dolor, fatiga y contracturas que terminan ocasionando patologías a veces difíciles de revertir, en especial en la zona cervical”, detalla la especialista.
Se producen, por lo general, debido a los malos hábitos o vicios posturales que se adquieren a temprana edad o en la adultez. Esto produce estrés tanto en las articulaciones como en los tejidos blandos, llevando así al asentamiento de procesos dolorosos y a la rigidez.
Por ejemplo, levantar un objeto pesado con las rodillas estiradas y la columna recta, puede producir un movimiento punzante en la columna lumbar, que causa inflamación de la articulación y rigidez muscular como consecuencia. Algunos problemas de esta índole pueden ser hereditarios.
Sus diferencias
"Hay distintos tipos de problemas posturales. Tenemos las llamadas escoliosis, que se ocasionan por vicios adquiridos tempranamente, permitiendo que se modifiquen las curvaturas corporales. Producen dolores de cuello, cintura o irradiados hacia las piernas (ciatalgias) o hacia los brazos (braquialgias)”, comenta Guillermo Guastello, kinesiólogo del Instituto del Diagnóstico. También pueden existir alteraciones en otros segmentos corporales que inciden sobre la columna, como el pie plano o la pelvis inclinada hacia adelante.
Para prevenir estos problemas, o detenerlos, es fundamental desarrollar la musculatura y favorecer la actividad física, realizando actividades de elongación y flexibilidad para ejercitar las articulaciones y el estiramiento de los tendones, coinciden los especialistas.
Todos los problemas posturales pueden ser tratados en la medida que se consulte con rapidez. Cuando se detectan a temprana edad, el pronóstico es más favorable debido a que la columna es más flexible y hay mayores chances de modificarla.
Clases de Pilates terapeutico para
prevenir las contracturas y dolores de espalda
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