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Fundamentos terapeúticos
del movimiento
- Trabajo Práctico -





Control del centro o estabilización central


El término original en inglés powerhouse, define el centro de energía corporal. Según el propio Pilates, el control central del cuerpo era la esencia del control del movimiento humano, planteó que era necesario fortalecer el “centro del cuerpo”, para que desde allí fluyera la fuerza y la armonía en el movimiento hacia el tronco, las extremidades y la cabeza.
musculatura estabilizadoraEl fortalecimiento de este centro, origen de todo movimiento, ayuda a sujetar la columna, los órganos internos y a prevenir lesiones.
Para la práctica del Método Pilates, es condición fundamental trabajar desde el centramiento (caja torácica, columna vertebral y pelvis), antes de ejecutar cualquier movimiento. Es primordial aprender a estabilizar el tronco mientras nos movemos, usando la musculatura estabilizadora profunda (transverso abdominal, musculatura perineal y multifidos).
Sin no hay centramiento, no hay Pilates. Por tal motivo debemos entender, que la práctica de Pilates nada tiene que ver con el "descontrol". Primero trabajo la conciencia de centro, para luego llevar a cabo una ejecución técnica correcta del ejercicio planificado.
Pilates no es una clase de gimnasia localizada sobre una camilla. Muchos lugares no dan importancia a este control del centro y es por este motivo que se están generando gran cantidad de lesionados en las clases de Pilates.



Activación del transverso abdomial y el suelo pélvico



El transverso es un músculo profundo con una orientación horizontal y una inserción directa en las vértebras lumbares. Al contraerse las fibras horizontales del transverso reducen el diámetro de la región abdominal proporcionando establidad en la zona lumbar, gracias a la fijación directa de las vértebras y por medio de un aumento en la presión abdominal.



transverso abdominal


El suelo pélvico (musculatura perineal) está comupuesto de un conjunto de músculos que recubren el orificio presente en la región inferior de la pelvis, proporcionando así una base de apoyo para la vejiga, útero, próstata e intestino inferior. La acción e la musculatar del suelo pélvico ejerce un control sobre los conductos de la uretra, vagina y recto. Potencia el efecto estabilizador y de sujección de todo zona interna y media corporal. Para que la musculatura perineal pueda cumplir con su cometido, es necesario que la estructura sea fuerte y activa. Muchas mujeres, sufren de incontinencia, un problema que aparece si la musculatura perineal es débil e inactiva. Además, la debilidad de la musculatura perineal también puede provocar un desprendimiento del útero, impotencia masculina, lumbalgia, lesiones pélvicas, hinchazón del vientre y muchos otros problemas. Para tener una buena postura, una espalda fuerte y un vientre plano, es necesario ejercitar la musculatura perineal junto con la musculatura abdominal. En Pilates el trabajo de esta musculatura proporciona una clave importante de fuerza para la estabilidad que necesita el tronco y la columna. La musculatura perineal y abdominal trabajan en sienrgia, es decir, que trabajan a la vez. Cuando la musculatura perineal se contrae también se contraen los músculos abdominales. En Pilates se fomenta este trabajo en su conjunto.


activacion transverso



Práctica básica: acostarse boca arriba, en la colchoneta, con los pies en el suelo y las rodillas flexionadas, intentaremos establizar la columna en una posición neutra. Para ello vamos activar los abdominales manteniendo la pelvis en forma neutra. Colocamos nuestra manos, formando un triángulo entre nuestros pulgares colocados sobre nuestras crestas ilíacas e indices por encima del pubis, en esta superficie plana que se ha creado, si colocásemos un vaso lleno de agua, no debería derramarse ni una gota. Debemos tener en cuenta la inclinación natural de la espalda, en esta posición vamos activar el músculo transverso y la musculatura de suelo pélvico de forma simultánea. Para ello tomaremos aire por la nariz y soltamos por la boca, si presionamos con un dedo por encima del hueso púbico, notaremos tensión, es el músculo transverso o más profundo que está trabajando. Ahora vamos a activar los oblicuos, que son los músculos situados en ambos costados, entre la pelvis y las costillas. Volvemos a tomar aire por la nariz y soltar por la boca, mientras nuestros dedos se colocan en ambos costados, justo localizando las últimas costillas, enlazando con el hueso de la cadera, mientras soltamos el aire, comprobamos que la distancia entre ambos dedos se acorta, de esta forma activamos también la musculatura abdominal oblicua, de esta forma nos ayuda a evitar arquear la espalda o ejercer demasiada tensión en la zona lumbar.